Así nos daba esta buena y gran noticia Tomas Prieto Martín desde su blog http://salmorelli.blogspot.com.es/
La noche caía fugazmente, empujada por el deseo creador de quien ansía transmitir ese otro mundo tan diferente al que cotidianamente rodea al ser humano. Ese otro mundo, en el que personajes nacidos de la nada emergen deseosos de envolver a quienes tengan la oportunidad de dejarse rodear por ellos. En ese otro mundo en el que ficción y realidad, se mezclan provocando situaciones inverosímiles capaces de arrancar una sonrisa, un gesto de asombro, un suspiro de amor, de odio o de compasión. En definitiva una nueva aventura, decorada por un principio y su fin. Un halo de hipnotismo, desde el que arranca el autor para con el lector. No existe escenario más cercano, que el que plantea el autor al lector. Su imaginación…al servicio de quienes esperan devorar hasta el último de los detalles nacidos en su mente. No era una noche más. Todo parecía diferente. Las conexiones del intelecto, parecían mostrarse con mucha más nitidez que en los tiempos pasados. Hubo tiempo para madurar un mensaje que de nuevo volviera a sorprender a sus seguidores y críticos. Hubo tiempo para macerar señas de identidad y realismo dentro de una nueva aventura, esperada y realmente distinta a las otras. Había llegado la hora de renacer. Era la noche perfecta. La noche que cubre a las musas con un manto lleno de estrellas. La noche, en la que la soledad del autor se desnuda ante él para hacerle compañía. Para dejar que su alma inicie de nuevo una andadura en la que personajes, lugares y deslumbrantes situaciones, dejen atrás la desidia, el cansancio y la falta de frescura ante el papel vacío, que espera impregnarse de ese desafío que conquistará esos otros momentos de soledad que anhelan cubrir sus lectores. Sentado frente a su propia desnudez, sopesa los pros y los contras hasta percibir que a llegado el momento de comenzar a escribir su pasado, presente y futuro en unas páginas deseosas de ser leídas por quienes pacientes se han convertido en sus seguidores, y han clamado por esa criatura que comienza a gestarse. Es el instante perfecto para dejarse guiar por los sentimientos, y esa otra necesidad que resuma cada poro de su piel cuando percibe que está en deuda con otros, y con él. Con ese personaje que espera como el primero ha que nazca la nueva criatura cuanto antes. La decisión, está tomada. Serán los últimos días de Mayo, los que precisan convertirse en protagonistas de la andadura de esa nueva novela. De esa novela que no será leída hasta su conclusión, y que quizás no guarde su turno de publicación hasta que otras aventuras vean la luz, encerradas entre portadas y finales inacabados. Es el momento en el que el autor, que escribe estas líneas, ha decidido que debe comenzar a escribirse. “EL ÓBOLO DE LAS ACACIAS” “Supremum Vale”
La noche caía fugazmente, empujada por el deseo creador de quien ansía transmitir ese otro mundo tan diferente al que cotidianamente rodea al ser humano. Ese otro mundo, en el que personajes nacidos de la nada emergen deseosos de envolver a quienes tengan la oportunidad de dejarse rodear por ellos. En ese otro mundo en el que ficción y realidad, se mezclan provocando situaciones inverosímiles capaces de arrancar una sonrisa, un gesto de asombro, un suspiro de amor, de odio o de compasión. En definitiva una nueva aventura, decorada por un principio y su fin. Un halo de hipnotismo, desde el que arranca el autor para con el lector. No existe escenario más cercano, que el que plantea el autor al lector. Su imaginación…al servicio de quienes esperan devorar hasta el último de los detalles nacidos en su mente. No era una noche más. Todo parecía diferente. Las conexiones del intelecto, parecían mostrarse con mucha más nitidez que en los tiempos pasados. Hubo tiempo para madurar un mensaje que de nuevo volviera a sorprender a sus seguidores y críticos. Hubo tiempo para macerar señas de identidad y realismo dentro de una nueva aventura, esperada y realmente distinta a las otras. Había llegado la hora de renacer. Era la noche perfecta. La noche que cubre a las musas con un manto lleno de estrellas. La noche, en la que la soledad del autor se desnuda ante él para hacerle compañía. Para dejar que su alma inicie de nuevo una andadura en la que personajes, lugares y deslumbrantes situaciones, dejen atrás la desidia, el cansancio y la falta de frescura ante el papel vacío, que espera impregnarse de ese desafío que conquistará esos otros momentos de soledad que anhelan cubrir sus lectores. Sentado frente a su propia desnudez, sopesa los pros y los contras hasta percibir que a llegado el momento de comenzar a escribir su pasado, presente y futuro en unas páginas deseosas de ser leídas por quienes pacientes se han convertido en sus seguidores, y han clamado por esa criatura que comienza a gestarse. Es el instante perfecto para dejarse guiar por los sentimientos, y esa otra necesidad que resuma cada poro de su piel cuando percibe que está en deuda con otros, y con él. Con ese personaje que espera como el primero ha que nazca la nueva criatura cuanto antes. La decisión, está tomada. Serán los últimos días de Mayo, los que precisan convertirse en protagonistas de la andadura de esa nueva novela. De esa novela que no será leída hasta su conclusión, y que quizás no guarde su turno de publicación hasta que otras aventuras vean la luz, encerradas entre portadas y finales inacabados. Es el momento en el que el autor, que escribe estas líneas, ha decidido que debe comenzar a escribirse. “EL ÓBOLO DE LAS ACACIAS” “Supremum Vale”
